Hay muchos días ke se olvidan, ke desaparecen en la memoria, ke no cuentan porke, probablemente, no hiciste nada importante, ni te encontraste con alguien...
No hay huella de ke ese día haya existido, porke no te recuerda a algo.
Y hay muchos de esos... pero como se olvidan y no cuentan, pasan a llamarse tiempo...
Yo no tengo ganas de recopilar mis días... pero tampoco kiero borrarlos...
Espero ke, simplemente, no me pesen demasiado.
Hubo una época en ke me pasaban muchas cosas, demasiadas... y tuve ke aprender a curar heridas... Pero lo hice mal... no aprendí a curarlas, sino a ocultarlas.
Me paso la vida engañándome, diciendo ke todo está bien, ke no pasa nada, ke me kede trankila, ke no me coma la cabeza con tonterías.
Pero yo sé ke me estoy engañando... lo noto, aunke sea por intuición... Y cuando descubra cómo, agarro mis cosas y me abandono... porke a mi no se me engaña con cualkier cosa.
Asi ke, a partir de ahora me voy a vigilar de cerca... ke no soy tonta y sé ke algo pasa.
A veces la cabeza de uno exagera las cosas sin permiso. Y, ante tu asombro, escuchas como salen palabras de tu boca ke nisikiera pensas. O tomas decisiones ke ni te van ni te vienen. O te pones tensa por auténticas estupideces... como yo esta noche.
A veces mi cabeza exagera, sobreactúa, se pone histérica y el resto de mi cuerpo observa con admiración las grandes aptitudes teatrales ke tengo.
Hoy alguien fue testigo de mi escena y no tuve otra opción ke hacerle frente a sus ojos y aguantar ke se metieran en los míos y me leyera el alma.
De pronto, mi cuerpo entero sintió un espasmo y delante de mi aparecieron mis miedos, bailaron un rato y, mientras lloraba, me abrazaron por dentro desde lejos.
Lo ke más me molestó es haberlo hecho sentir culpable de mi mala interpretación a él, cuando ni sikiera yo entendía lo ke me pasaba...
La verdad es ke necesito un mapa para entenderme a mi misma, un plano o lo ke sea.
Ojalá pudiera darme una patada en el culo... ojalá pudiera decirme a la cara todo lo ke pienso de mi... pero me paso la vida criticándome a mis espaldas.
Me estoy convirtiendo en una cínica, en una mentirosa y por mucho ke intente llevarme bien conmigo misma, termino cansándome y no encuentro ganas ni de discutirme.
Canta belleza ke la vida es hermosa!... No te deprimas por giladas, no entristezcas por una mala persona... sé ke estos consejos son difíciles de aplicar y me deprimo por cosas ke tienen solución. Hago problemas de cosas chikitas, creo mis propios problemas, invento una discriminación por personas ke ni conozco a fondo.
Y entonces llega una persona ke también sufrió, ke también lloró por amor, ke también fue lastimada y ha lastimado a personas otras tantas veces y te da un consejo... y te das cuenta de ke tiene razón...
VIDA HAY UNA SOLA, Y SI NO KEDA OTRA KE VIVIRLA, POR LO MENOS, HAY KE DISFRUTARLA.
Hay algo ke siempre me cuestiono y ke muchas veces me pasa, y es el tema de llegar tarde a ciertas situaciones o kizá a algunos compromisos.
Cuando tengo ke disidirme por algo, me da pereza poder elegir con rapidéz y, un poco por experiencia y otro tanto por “boluda”, tardo en tomar decisiones ke pueden ser convenientes.
Sé ke el tiempo se acaba de un segundo para el otro y es solo una milésima la ke nos separa de la vida con el más allá...
Aprovecho los sueños para encontrarme con él en un bar o en una plaza... me delirio pensando en imposibles y cosas hermosas por hacer... y en este mundo de contradicciones me la paso sin tomar las determinaciones necesarias.
Ke el ser humano es, en lo esencial, tonto... es algo irrefutable... Lo digo desde el punto de vista biológico, no solo somos los únicos en tropezar más de una vez en la misma piedra, sino ke somos los únicos ke asolamos nuestro hábitat, nos suicidamos o matamos a los de nuestra misma especie.
En algún momento de la historia nos involucramos en actividades ke dañan nuestra cabeza... y ante esta situación, preferimos inventar el casco, en vez de revisar nuestra conducta arruinadora.
A veces es difícil mantener el estilo... estos post ke siempre habían sido de melancolía y pérdida no saben ser de alegría y esperanza... como si el diablo ke nos dio las letras, nos hubiera cobrado el gastarlas antes del amanecer.
Sé ke no, no debería, porke de los últimos no surgieron más ke desvaríos y cegueras...
Será ke, como al poeta, el cansancio vulgar a veces le deja a uno el alma inservible....
Pero existe cierto influjo de la luna y anda uno intrankilo, sin saber muy bien donde poner el desasosiego ke se presentó a deshora, las dudas, esa imagen ke costará extraditar, lo ke dijimos sin pensar.
Una antigua amiga solía ironizar sobre el paraíso y el infierno, preguntando: “Pero la eternidad... ¿no será mucho tiempo?”Tras ello kedaba invariablemente alegre, divertida de mi incapacidad para debatirle o retomar la dialéctica ke nos había llevado a akel punto.
Yo me prometía a mi misma ke encontraría la respuesta, voltearía la situación y conseguiría un argumento ke salvase a la eternidad de caer en contradicción...
Y hoy me di cuenta... que cuando algo nos gusta, el tiempo corre más rápido.
Aparecen en toda historia. No las mencionan en akellas ke, al final, son contadas, las épicas y emocionantes, las llamadas a circular “de boca en boca” , a ser consumidas por miles de ánimos inkietos, las ke tienen por vocación turbarnos, asombrarnos.
Pero siempre brotan las pekeñas venganzas, los agravios y las ofensas ke, dolidos, no dejamos pasar.
Pueden comenzar por una pekeñez, de la nada, por una llamada olvidada, un gesto extraviado, un malentendido, cualkier cosa... pero enseguida crece la bola, hasta llegar a configurar, a trastocar, a convertirse en la clave con la ke interpretaremos cada llamada, cada gesto.
Es entonces cuando perdemos y nos kedamos solos, errantes condenados, obligados a buscar con kien sustituir a nuestra preciada pérdida.
A veces tiene uno cita con el presente y el pasado, en el ke lo dicho y lo callado se hayan presentes de una manera más real, incluso ke nosotros mismos, en el ke la lealtad y el silencio tienen un valor ilimitado y ke ponen a prueba, una vez más, la inmemorial soledad a la ke estamos malditos.