Algunas palabras están cavando una fosa, extraviando una devoción, desnudando mil vilezas.
Ilusos, ingenuos, seguimos creyendo y nos empecinamos en ke tendrán puentes, consagraran alianzas y ke, akellas ke nos dijeron, las ke amarramos en el recuerdo, vinieron para kedarse.
Pero vendrán otras voces ke las trasmutarán y nos convertirán en enemigos, o solo se vayan, las perdamos y ya no nos kede nada de ke hablar... No tendrá arreglo, no... Porke como ya supo el poeta, a veces las palabras no sirven, son palabras...
¿Sobrevivirán al paso lento del tiempo, el perderse solo, el abandonarse sin precio al reino de las letras y el ensueño?
¿Kedará algo de esta edad en ke aún hipnotiza la respiración del ke duerme al lado, en ke todavía encadena la sorpresa de una caricia nueva?
¿Dónde pondremos todo eso, en la estación de la hipoteca y la condena perpetua?
¿Subsistirán a este carácter ke se agria, a esta vida ke se empeña en transfigurar cada alma en un balance, a esta era de mezkinos ke contagia su resentimiento?
O kizá el tren ya llegó a su destino y estas palabras no son sino escapadas, necesarias para vivir como el aire ke respiras.
Siempre están los dos caminos... uno es el camino de ida, en el ke se proyectan las ilusiones y los deseos (trayecto de lo ke podría ser, espera y anhelo)... el otro, es la senda de regreso, porke siempre se torna a kienes somos y a la realidad (vía crucis de asunciones y penitencia por soñar lo ke no era nuestro destino).
Solo ke, alguna vez, he creído ke ambos caminos se confundían... como si fuese posible discernir si ya no sueño o si la realidad (por fin) me regala un pedazo de paraíso terrenal.
No sé, no sé... será ke me confundo , será ke estoy aún entre elucubraciones y, agazapada, aguardo un golpe de realidad resuelto a obligarme a emprender la marcha de regreso.
Hace algún tiempo, en la radio, un cronista se esforzaba por divertir con infeliz patetismo... sobre la mesita de luz, el reloj, con su tic-tac presuntuoso y consentido, exhibía el insospechado poder ke ejerce... todo eso sucedía cuando desperté de un sueño con tristeza.
Nunca creemos ke otro comprenda el alcance de la experiencia, lo especial de la situación... Siempre, en esos desvelos, nos resumimos como únicos y singulares habitantes de una isla olvidada.
Pero, si esta noche despiertas de tu sueño, has de saber ke será la misma violencia la ke sangre tus oídos y los míos, la misma estupidez la ke nos intente ganar, las mismas dictaduras, las mismas esclavitudes ke kerran hacerse invisibles a nuestros ojos...
Y tendrás razón... si Morfeo te expulsa de su reino, en estar triste.
¿Kien nos puso frente a frente en este mundo tan incierto, buscando las respuestas a todas las miles de preguntas ke, como piedras, nos hicieron tropezar y caer?...
Kizá fue en una de esas caídas, kizá cuando nos levantamos, no sé bien en realidad cuando pasó, solo sé ke el resplandor de tus ojos me dejó desnuda, sin poder ocultar mis heridas, sin poder decir sikiera otra cosa ke no sea de esas ke se escapan de todos los ventrículos del corazón...
Creo en la casualidad, o causalidad de habernos encontrado en este mundo... en el cómo nos encontramos...
Sigo creyendo que hay algo en el universo, un motivo, algo ke hizo ke nos encontraramos... Las formas en ke las cosas se dieron... en cómo nos conectamos desde el principio, desde la primera vez.