Una antigua amiga solía ironizar sobre el paraíso y el infierno, preguntando: “Pero la eternidad... ¿no será mucho tiempo?”Tras ello kedaba invariablemente alegre, divertida de mi incapacidad para debatirle o retomar la dialéctica ke nos había llevado a akel punto.
Yo me prometía a mi misma ke encontraría la respuesta, voltearía la situación y conseguiría un argumento ke salvase a la eternidad de caer en contradicción...
Y hoy me di cuenta... que cuando algo nos gusta, el tiempo corre más rápido.