Una cara puede esconderse detrás del humo de un cigarrillo, o de las propias manos, en retratos de servilletas.
Puedes intuirla en un garabato, convertirla en un monigote o reducirla a unos anteojos, un cigarrillo y unos coloretes...
Pero sigue siendo la ke tienes y es inevitable ke te canses de verla cada mañana en el espejo